¡Qué hermoso día! He pasado toda
la mañana tendido sobre la hierba, delante de mi casa, bajo el enorme plátano
que la cubre, la resguarda y le da sombra. Adoro esta región, y me gusta vivir
aquí porque he echado raíces aquí, esas raíces profundas y delicadas que unen
al hombre con la tierra donde nacieron y murieron sus abuelos, esas raíces que
lo unen a lo que se piensa y a lo que se come, a las costumbres como a los
alimentos, a los modismos regionales, a la forma de hablar de sus habitantes, a
los perfumes de la tierra, de las aldeas y del aire mismo.
Adoro la casa donde he crecido.
Desde mis ventanas veo el Sena que corre detrás del camino, a lo largo de mi
jardín, casi dentro de mi casa, el grande y ancho Sena, cubierto de barcos, en
el tramo entre Ruán y El Havre.
A lo lejos y a la izquierda, está
Ruán, la vasta ciudad de techos azules, con sus numerosas y agudas torres
góticas, delicadas o macizas, dominadas por la flecha de hierro de su catedral,
y pobladas de campanas que tañen en el aire azul de las mañanas hermosas
enviándome su suave y lejano murmullo de hierro, su canto de bronce que me
llega con mayor o menor intensidad según que la brisa aumente o disminuya.
¡Qué hermosa mañana!
A eso de las once pasó frente a mi
ventana un largo convoy de navíos arrastrados por un remolcador grande como una
mosca, que jadeaba de fatiga lanzando por su chimenea un humo espeso.
Después, pasaron dos goletas
inglesas, cuyas rojas banderas flameaban sobre el fondo del cielo, y un
soberbio bergantín brasileño, blanco y admirablemente limpio y reluciente.
Saludé su paso sin saber por qué, pues sentí placer al contemplarlo....
Link para leer el texto completo
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/maupassa/horla.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/fran/maupassa/horla.htm
Horla es el nombre de un globo aerostático, en el cual Guy de Maupassant realizó una ascensión en el verano de 1888.
ResponderEliminarEl horla, Guy de Maupassant, link para leer el texto completo
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