Avatares. Avatares de un tratamiento. Subrayar el un es un modo de homenajear, una vez más, a quien con su deseo, para nada anónimo, marcó caminos impensados hasta entonces.
Freud, claro. Él ya lo
escribió con todas las letras: en
psicoanálisis se trata de tomar
cada nuevo caso como un caso nuevo. Partir del desconocimiento, dirá años después Lacan; incluso hacerse un poco el tonto, añadirá. Hacerse
un poco el tonto para que lo real nos
sorprenda, nos sacuda.
Avatares
de un
tratamiento, entonces, avatares
de la transferencia, que son
así también los
del deseo. Y el psicoanálisis con niños, en modo
alguno escapa a ello.
Remarcamos : " un
deseo que no sea anónimo ".
Frase compacta incluso en demasía, por las certidumbres que parece anticipar, pero con
peso específico. Ella brota ustedes lo
recordarán, en " Dos notas
sobre el niño " esa carta ya célebre , escrita por Lacan en tercera
persona y dirigida
a Jenny Aubry , en
Octubre de 1969. Hoy nos situaremos en dicha carta ,
tratando de ceñir su lógica, al menos en
parte, y de articularla con algunas
cuestiones expresadas en la Conferencia
en Ginebra, del 4 de Octubre de 1975, sobre el síntoma que a
esa altura de
la obra de
Lacan era ya el sinthome.
¿ Hará falta aclarar, que las vías de este
recorrido son las de una interpretación, para el caso la que aquí se esboza?.
Quizás, sea
adecuado comenzar señalando que "Dos notas...",
puede considerarse como uno de esos lugares preferenciales en la obra de Lacan , para tratar de
situar la cuestión de la práctica con niños .
Formula entonces tres
posibles posiciones del niño en
respuesta al deseo del Otro: como
síntoma, como objeto del fantasma de la madre y como falo.
En la primera de
ella, la del niño como síntoma
frente a la presencia del Otro, al enigma de su deseo, el síntoma llega
tanto como respuesta, intento de dar significación, así como un llamado al
Otro, en tanto se ve enfrentado a la aparición de la angustia despertada por el deseo del Otro.
De tal modo será, por caso, en la fobia, (¿habrá que recordar a
Juanito?), dónde ella, la fobia, se organiza
para darle a la angustia un significante, lo que no es darle poco, más bien es darle lo necesario para que el temor le aporte el
marco que hará que los perros ladren.
Allí el síntoma se manifiesta
como representante de la verdad de
la pareja familiar , de lo que
por estructura es fallido en la pareja, de la no -proporción sexual
entre un
hombre y una mujer. Esta posición, aunque por el entramado de las identificaciones, no
muestra fácilmente su articulaciones, es sin embargo la que más abierta se
encuentra a la eventual intervención analítica.
En el segundo de los casos, como objeto del fantasma de la madre, el niño está
posicionado como correlato de ese fantasma. Aquí el
síntoma se presenta, de forma
predominante, en su vertiente
real , siendo el ser del niño el que
está totalmente involucrado en
esa identificación con el objeto del fantasma, ocupando el lugar de a. Por estar directamente en relación con la subjetividad de la madre,
transparentando la verdad del goce, la posibilidad de la intervención del
analista queda entonces reducida.
La tercera
de las posiciones, como falo de la madre enfrentará a situaciones bien diferentes, según sea la estructura del deseo
materno, neurótica, psicótica o
perversa , por cuanto en
esa identificación hay una recuperación fálica en el fantasma, que
" aliena en él todo acceso
posible de la madre a su propia verdad dándole cuerpo, existencia
e incluso la exigencia de ser protegido ", (1) como nos lo muestran
a menudo la debilidad mental, el
fenómeno psicosomático, otorgando máxima garantía de goce, ya sea para "dar fe de la culpa, servir de
fetiche o encarnar un rechazo primordial" (2).
En "Dos notas...", también aparecen
referencias de importancia acerca de la familia. Sabemos que, tanto para Freud y Lacan esta es irreductible como transmisora de la función de Padre y Madre.
En relación a ella , Lacan marca críticamente
los intentos de deshacerlas , que
en ese momento aparecían por el lado de
las " utopías comunitarias " (
recordemos, el Mayo del 68 francés, la " revolución hippie " ).
La familia
conyugal, es presentada
cumpliendo una función de residuo, que a un
mismo tiempo sostiene y mantiene
la posibilidad de la constitución
subjetiva a partir de " un
deseo que no sea anónimo ". En este punto hagamos mención a la Conferencia
en Ginebra.
En la misma
retoma, entre otros, algunos asuntos relacionados con
el deseo , que hoy resulta interesante remarcar. Es
así que dice : " Hay gente que vive bajo el efecto , que durará largo tiempo en sus vidas... de que uno de los dos padres - no preciso cual de ellos - no lo
deseó". Y concluye: " Este es verdaderamente el texto de nuestra experiencia
cotidiana".(3)
Éste recorte, por supuesto tan
arbitrario como cualquiera, intenta destacar de modo importante el peso
del deseo en la constitución subjetiva. Es que lo que está en juego es, la
determinación del sujeto por el
deseo de los padres, lo que
sólo será por efecto del significante. Así, la
ex-istencia de un sujeto resulta " litigada inocente o culpable ,
antes de que venga al mundo, y el hilo tenue de su verdad no
puede dejar de coser ya un tejido
de mentiras ". (4)
Es que
tanto la función paterna como la materna
para ser
tales no pueden ser anónimas ; hace falta que el deseo, podríamos decir ,
tenga nombre y apellido . La función materna, evocando una falta, forma
de dar cuenta de la castración; la
función paterna, ejerciendo una mediación entre
el Ideal del yo y
el deseo materno vectorizando con su
nombre la " encarnación de
la Ley en el deseo".
El hecho
mismo de que
hablemos de funciones ( paterna, materna ) muestran el
peso de lo familiar, al menos en lo que a las tres generaciones respecta. ¿ Por
qué ? . En de " Un Otro al otro
" Lacan plantea que la biografía
de un niño está determinada por " el
modo en el cual se han
presentado lo que nosotros llamamos
deseos, en el padre,en la madre, - agregaremos, también en los abuelos - , y que por consiguiente
nos incitan a explorar
no solo en la historia sino
el modo de presencia
bajo el cual
cada uno de estos tres términos :saber, goce y
objeto a han sido ofrecidos efectivamente al sujeto ".(5)
El peso
de lo familiar se advierte con
toda su fortaleza en la clínica;
la situación de dependencia efectiva del niño con respecto a los padres, hace que pueda resultar
nefasto el ignorar este elemento en el dispositivo analítico
con lo cual no hacemos más que
recordar que el concepto que el analista
tenga , tanto de los
fundamentos teóricos de su
práctica, como de la ética que es su cimiento derivarán
en efectos en cuanto a la dirección
de la cura, y a sus avatares.
Los padres son quienes consultan por el
niño, lo llevan a la sesión, pagan el tratamiento, con lo que su presencia en el análisis está lejos de
ser un hecho accidental o
fenoménico; es un
elemento de la estructura y , por lo tanto, imposible de
desconocer.
Frente al
discurso de los padres, ¿ qué priorizar en la escucha
sino es aquello
que encuentra sus coordenadas en
la estructura edípica y la castración ?. Si
es ésta nuestra
actitud, dando lugar a que el deseo se
diga, tendremos la posibilidad
de encontrar en
nuestra experiencia, toda la
gama de demandas de la que el neurótico es capaz.
A partir
de la enseñanza de Lacan, la transferencia tiene su
pivote en el Sujeto supuesto Saber. Éste,
surge como consecuencia directa
del dispositivo analítico, el que
al colocar al analista en posición de
oyente, de interprete, genera en el analizante una ficción, que lo conduce a imaginar que la verdad sobre el origen de su
padecimiento, existe ya como un saber que
es detentado por el OTRO, a quien también
supone deseante.
Esto hace ,
que para
que la operación
analítica pueda producirse ,
sea imprescindible que el analista caiga del lugar de idealización en
el cual el sujeto tiende a situarlo posicionándose como semblante del objeto y no como sujeto.
Esa será
la paradoja crucial, a la que el analista se enfrentará: prescindir de
usar el poder, proveniente de lo
imaginario, que le es otorgado por
el neurótico especialmente si no perdemos
de vista que, al menos en
este terreno, lo que el sujeto peticiona son amos líderes , ideales. Por eso
la frecuencia con que se
tiende a situar
al analista en el lugar del educador del pedagogo , del confesor, es
decir de aquél que
estaría para conducir
hacia soluciones adaptativas encaminadas a
satisfacer sin cuestionamientos la demanda
de la escuela, la sociedad.
Esto nos
introduce en la cuestión de la ética del psicoanálisis,
ética que subtiende un deseo y se funda en un discurso, el del analista, que
aspira a bien-decir y a no
ceder en el deseo, a diferencia
de ese otro discurso, el del amo , cuya
ambición es la de que todo funcione .
El analista, tiene una responsabilidad por cumplir:
llevar a cabo un
análisis y hacerlo
sin aportar sus propios fantasmas, lo que implica que en
el análisis con niños , entonces la respuesta a la demanda de los padres ,
respuesta que será en transferencia,
no va a ser dada
desde el lugar del Ideal
sino desde el lugar del
objeto causa del
deseo, con lo que una
historia deseante tendrá la
chance de desplegarse tanto
por parte del niño como de sus padres.
Para eso
será preciso que allí , el
analista no se rehuse al encuentro con
el deseo, sea cual fuere, aún el
más brutal.
Sabemos que
para que un síntoma demande un Otro, una
escucha es necesario
que algo haya
vacilado en el fantasma del sujeto que consulta. Desde esta pespectiva
pensamos que el síntoma en el niño , estará en relación a que algo vaciló en
el fantasma que hizo a la unión
de los padres. " Ello"
demandará al analista
a que restituya la fractura narcisistica
producida por dicha vacilación ; éste llamado al
Otro se podrá escuchar en el enunciado mismo de su discurso.
Por último,
si en el análisis se trata , más
que de personas reales, de significantes; si lo que está
en juego sobre
todo son las funciones, paterna materna, en las cuales un
sujeto se soporta
para constituirse como tal, esto
en nada nos autoriza para olvidar, que el padre y la madre de carne y
hueso que están allí, consultando por el niño , son
los padres que él tiene, cumplan o no con las funciones de tales lo hayan deseado más o menos.
Rolando Ugena, abril de 1994 (*)
NOTAS
(1) LACAN JACQUES "Dos
notas sobre el niño", INTERVENCIONES Y TEXTOS, Pag. 56, Ed.
Manatial, 1988.
(2) Idem.
(3) LACAN JACQUES
"Conferencia en Ginebra", INTERVENCIONES Y TEXTOS,
Pag.124, Ed.
Manantial, 1988.
(4) LACAN JACQUES
"Observaciones sobre el informe de Lagache...", ESCRITOS II, Pag. 275, Siglo
XXI, 1980.
(5) LACAN JACQUES "De un otro al Otro".
(*) Presentado en la SEGUNDA JORNADA DE SUPERVISORES DEL COLEGIO DE PSICÓLOGOS DE LA
PROVINCIA DE BUENOS AIRES, Distrito XIV, 16 DE ABRIL DE 1994