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sábado, 4 de abril de 2015

Entrevista a Colette Soler



          En agosto de 2004 Emilia Cueto realizó una interesante entrevista para El sigma e Imago-Agenda, a la psicoanalista francesa Colette Soler, quien se encontraba en Buenos Aires. Aquí algunos tramos de lo que Soler señaló en esa ocasión, a partir de la inteligente interpelación de su entrevistadora.
Colette Soler

          Decía Soler que “Lacan vivo es su texto… tengo recuerdos de su persona, de mi análisis con él… de sus seminarios… lo importante es la orientación que surgió de su obra… trabajo estos textos y verifico cada vez más que, incluso cuando un texto parece difícil de entender… si se explica bien, si se trabaja bien, arroja una luz que sirve en la práctica analítica… Un amo como Lacan, o como Freud… amo en la medida en que los dos -Freud primero… porque inventó el dispositivo completo, pero Lacan, también- son inventores de un nuevo discurso. Por eso, los podemos llamar amos… de orientación teórica y práctica en el campo del análisis.”

          Acerca del dispositivo del cartel, señalaba Soler que “una garantía tiene más valor si se otorga no entre conocidos… El cartel es algo… esencial… porque es una pequeña estructura donde uno no trabaja solo… habla con otros, intercambia; así posibilita ver si lo que dice se entiende, se transmite, y… recibir aportes de los demás… no es una estructura de enseñanza en la cual uno hace un seminario y los demás escuchan… es una estructura que permite a cada quien, -a su nivel-, elaborar y progresar… una estructura pequeña y localizada…”.


          En cuanto a lo que Lacan decía respecto a que las mujeres y los hombres no tienen la misma ubicación en relación al síntoma, Soler comentaba que “se percibe muy bien… en las fórmulas. Cuando se dice: Un hombre tiene un síntoma fundamental, más allá de los síntomas múltiples, una mujer es un síntoma de un hombre. Ahí las fórmulas ya marcan una diferencia. Creo que esta diferencia repercute al nivel del final… Lacan contesta a la pregunta ¿qué quiere una mujer? desde 1958 en los textos sobre… la sexualidad femenina… que se encuentran en los escritos. Produce una respuesta sobre este punto. Después, la desarrolla… y amplía en El atolondradicho”.

          Sobre lo Freud llamó la perversión polimorfa, las fragmentaciones de las zonas erógenas, de las pulsiones, los ensayos sobre la sexualidad acota Soler que “fue un escándalo, pero ahora es una banalidad. Todos saben eso, y lo que Freud sacó de la represión con tanto esfuerzo, ahora, se encuentra exhibido en la superficie del discurso sobre las pantallas de la televisión y es como si el mensaje freudiano hubiera pasado… Las pulsiones reprimidas que él descubre vía el desciframiento del síntoma, no las descubre observando a los sujetos. Observando a los sujetos descubre en el marco de la educación de su tiempo… victoriana, bien normativa, los ideales… normas… buenas conductas y… síntomas que impedían funcionar cosas. En todo eso, no hay nada que indique la presencia pulsional. Es descifrando los síntomas que descubre lo que detrás del síntoma se fabrica (podemos decir, a partir de las pulsiones reprimidas y el desplazamiento de las pulsiones reprimidas). Freud… solo esperaba que, quizás, el psicoanálisis pudiera impedir una represión demasiado feroz de las pulsiones, pero… nunca anticipó el hecho que la represión de las pulsiones podría bajar al punto que vemos ahora”.

          Y continuaba Soler señalando que “…el análisis desde Freud tiene el efecto de hacer aparecer el hecho de que los ideales vienen del Otro, del lenguaje. Ahora… los analizantes… intentan construir una pareja… inventar cada uno una manera de vivir con el otro en el tiempo, no solo un… par de años… algo que se sueña de eso, de algo que atraviesa la vida… Y… se formula así, porque no hay más tipo ideal, y cada uno se arregla con su cada uno o su cada una”.

          Luego manifestaba que “…cuando digo que la pareja es sintomática me refiero a la idea que Lacan ha formulado de diversas maneras, pero finalmente, con la expresión "No hay proporción sexual", lo que quiere decir sencillamente que en el Otro, el Otro del discurso, el Otro del lenguaje, no hay inscripción de una pareja de goce, hay ideales, mujeres ideales, hombres ideales. Son significantes finalmente. En el Otro, hay los significantes de la mujer, los significantes del hombre, de los niños… pero eso no dice nada del aspecto viviente del goce corporal, y especialmente, en la pareja. La elección del partenaire se encuentra determinada vía el inconsciente. Es lo que significa decir: es sintomática. Y no puede ser otra cosa que sintomática… porque no hay una inscripción universal y, tampoco, un lazo natural, como se da en los mamíferos superiores. El macho va a la hembra. En la especie humana no es así.”

          Finalmente subrayaba Soler que “…el psicoanálisis puede curar los síntomas clásicos, obsesión, fobia, pero más allá de eso… muchas veces -no siempre, pero con muchos sujetos- cambia algo al nivel de la manera de relacionarse al otro sexo, incluso, es a este nivel el verdadero efecto. Y es por eso, por ejemplo, que Lacan comenta el caso de El hombre de las ratas, de Freud. Freud ha curado al hombre de las ratas de manera magnífica de su obsesión, pero sin su obsesión el hombre de las ratas era todavía un neurótico con una relación a la muerte y a la mujer que necesitaba un poco más de análisis...”

Para leer el texto completo de la entrevista: