Traducir

lunes, 15 de junio de 2015

Frase, lógica del fantasma. Juan Pawlow



Si afirmo: "el fantasma es una frase" o "el fantasma no tiene ningún otro papel que aquel de un axioma", no escucharán en ello ninguna novedad. Sin embargo me voy a permitir interrogar lo obvio. (*)



Axioma (1)



En su acepción más clásica el axioma equivale al principio, que por su dignidad misma, es decir, por ocupar un cierto lugar en un sistema de proposiciones, debe ser estimado como verdadero. Para Aristóteles los axiomas son principios evidentes que cons­tituyen el fundamento de toda ciencia. Son principios irreducti­bles a los cuales se reducen las demás proposiciones. Las características distintivas de esta noción clásica son la indemostrabilidad y la evidencia. La metalógica y la matemática en cambio van a destacar su formalidad que lleva incluso a algunas orientaciones a eludir adscribir a ningún axioma el predicado "es verdadero". Consideremos por lo menos que esta formalización del axioma lleva a considerarlos, junto a los teoremas, elementos de todo sistema deductivo.

Hay entonces a grandes rasgos, dos orientaciones respecto a la concepción del axioma, una destaca la intuitividad y la autoevidencia, la otra su formalidad. Esto para nosotros puede ser importante si tenemos en cuenta que el estatuto del sujeto depende de la fun­ción de escritura -esto es de su formalización- y no de su intuición.

Los psicoanalistas tenemos a veces una actitud de respeto que roza la reverencia o la fascinación respecto de conceptos que provienen de la matemática, la lógica, la topología, como si atribuyéramos aquella dignidad que otorgaba la acepción clásica del axioma, a estos conceptos. Esta reverencia por suerte no la tene­mos con nociones provenientes de otros campos como la de "sig­nificante" por ejemplo. A ningún analista que prosiga la enseñan­za de Lacan se le ocurriría tratar al significante tal como opera en la lingüística.

Si tomamos en serio la modalidad de trabajo de Lacan, un concepto como el de axioma pierde su "dignidad" porque lo ubi­camos haciendo serie con otros conceptos, y por lo tanto se trans­forma por la propia inclusión en el campo psicoanalítico.



Frase



En lógica habitualmente se utiliza el anglicismo "sentencia" para lo que algunos prefieren llamar "oración" o "frase".

"Hegel es un filósofo alemán" es una sentencia, y también V16= 4 es una sentencia. Las sentencias se simbolizan en lógica por letras, conocidas como "letras sentencíales". La combinación de letras sentenciales con conectivas, da lugar a los llamados "esquemas sentencíales". La formalización de la lógica sentencial da lugar al cálculo sentencial.

La formula del fantasma, en tanto letras combinadas por una conectiva muy particular llamada losange, tiene una estructura homeomórfica con cualquier esquema sentencial. Ahora bien, en psicoanálisis hablamos de cálculo, de letras, de axiomas, el punto a considerar es si "el truco analítico" (2)  se habrá vuelto matemáti­co, a pesar de la afirmación y el pronóstico de Lacan.



Un niño es pegado (o en un castellano tal vez más ajustado: "un niño es castigado")



Lacan dice que para ser estrictos la frase alemana: "Ein Kind wird geschlagen" no se traduce "se pega a un niño" sino: "un niño es pegado". ¿Para ser estrictos respecto a qué? A la estructura gra­matical de la frase.

En esta precisión que realiza Lacan lo que se juega es la distancia que va de una frase pasiva a una activa. "Se pega a un niño" es una oración activa con sujeto indeterminado (se) con el verbo en tercera persona en singular (pega) y un complemento acusati­vo de persona con la preposición a (a un niño).

El latín tenía una conjugación especial, distinta de la activa para expresar que el sujeto gramatical del verbo no es agente o productor de la acción sino que es objeto de la acción que otro reali­za. La conjugación pasiva se pierde en romance, y para expresarla se forma una pasiva por perífrasis. La perífrasis consiste en el em­pleo de un verbo auxiliar conjugado, seguido del infinitivo, el ge­rundio o el participio. Este uso de las perífrasis se denominan "con­jugaciones perifrásticas", o también "frases verbales". Se considera a la pasiva como una frase verbal más, que utiliza ser + participio.(3)

"Un niño es pegado" siguiendo la tradición de la gramática la­tina es una pasiva de segunda porque no está presente el agente, el productor de la acción.

Si seguimos a Lacan en la traducción: "un niño es pegado", y no: "se pega a un niño", no obtendremos diferencias respecto de quien realiza la acción, en ambas frases no sabemos quien la produjo; lo que se modifica es el sujeto gramatical de la oración.

"Un niño es pegado" es una frase que tiene una forma gramatical muy simple: artículo + sustantivo + verbo + participio. Una frase como ésta podrá escucharse muchas veces en un análisis, el asunto entonces es: ¿hay algo que la distinga de otras? (4)



Síntoma y fantasma



En los primeros años de la década de los ochenta se estableció una diferenciación dicotómica entre síntoma y fantasma que aparte de hacer escuela, hizo ejército o iglesia, como quieran. Creo que pasó a formar parte de un cierto fondo común en la comunidad analítica, -sobre todo en quienes nos estábamos comenzando a formar en aquellos años, y en los que nos siguieron-. For­mó parte del "sentido común" -si me permiten llamarlo así- de las ideas que manejamos en psicoanálisis; el poder hipnótico que po­seen sólo lo disipa su lectura.

Ahora bien, la diferencia en cuestión, en rigor, la podemos en­contrar en Lacan:

"...el fantasma permanece a una distancia singular de todo lo que se debate, lo que se discute en nuestros análisis, en tanto que se trata de traducir la verdad de los síntomas. Parece que está ahí como una suerte de muleta, de cuerpo extraño..." (5)

Lacan insiste en que el fantasma se resiste a la reducción que implica querer insertarlo en el discurso del inconciente, "si juega un papel aparte es porque tiene significación de verdad". Al mo­do de una proposición que afectamos con una connotación de verdad, que pasará a llamarse axioma de la teoría.

Al extremar esta diferencia se hizo, decíamos, iglesia. Se hace iglesia en el punto en que una cuestión espinosa para la teoría y la experiencia psicoanalítica, se aplana de tal manera que se pier­den sus relieves. Por ejemplo: ¿hay que considerar aristotélica­mente al axioma como fundamento o como la escritura de un lí­mite? Y respecto de la experiencia del análisis, dada aquella dis­tinción cabe la pregunta: ¿la clínica del fantasma es autónoma res­pecto del síntoma, o conlleva el tratamiento del mismo?

La presentación sintomática, el trabajo de reducción que implica la interpretación, la insistencia repetitiva del resto que no se liga y que reclama interpretación, ¿no van delimitando los derro­teros que recorren la experiencia de un análisis o son simplemen­te distractivos respecto de la tarea primordial que sería la cons­trucción del fantasma?

"El fantasma no tiene ningún otro papel que aquel de un axio­ma, cosa que es necesario tomar tan literalmente como sea posible, intentando definir las leyes de transformación que le asegurarán en la deducción de los enunciados del discurso del inconcien­te, el lugar de un axioma" (6).

Según Lacan entonces, hay que tomar al fantasma como axio­ma "tan literalmente como sea posible", cosa que nos alerta sobre la imposibilidad de la empresa. Sin embargo si la intentamos, tendríamos que precisar qué operación realiza esta articulación entre el discurso del inconciente y el axioma que es la frase del fantasma.

Un modo de entender el término deducción es como proceso discursivo que pasa de lo general a lo particular, otra manera nos dice que es una operación discursiva en la cual se procede nece­sariamente de unas proposiciones a otras. Lo interesante es que los lógicos, cuando destacan la necesidad del proceso deductivo, descartan cualquier necesidad ontológica, cualquier idea de fun­damento, para sostener que se trata de una necesidad lógica.

Cuando hablamos de discurso del inconciente hablamos de síntomas, de sueños, de actos fallidos, si de ese discurso se puede deducir algo que podríamos llamar axioma, es porque la expe­riencia del inconciente que un análisis produce, afecta, en ese pa­so de una proposición a otra, de un enunciado a otro, la posición misma del sujeto respecto al objeto que lo produce (la angustia aquí es la que muestra el camino). La lógica misma de esa expe­riencia Freud la definió tempranamente como una experiencia de quita “per via di levare" (7) ; sigue siendo ésta una buena imagen de cómo se ciñe algo que se presenta como un núcleo duro.

Si con esto intentamos discutir esa idea que en su momento promovía "abandonar el síntoma por el fantasma" que incluso lle­vó a hablar del inconciente freudiano como de un "viejo incon­ciente” no es para diluir la diferencia en juego sino para cuestio­nar su carácter reduccionista. En efecto, si la frase del fantasma la tomamos, "tan literalmente como sea posible", como un axioma, si ubicamos allí una significación cerrada, "una estática del fantas­ma", eso hará límite a un despliegue incesante de lo simbólico. Pe­ro si se llegó a ese momento del análisis en que la experiencia lle­vó a ese límite, de pase, de conclusión, momento en que adquie­re relevancia una frase, ya allí despojo del significante, el trabajo que se hizo con el discurso del inconciente, con su retórica, no es contingente, pensamos que es estrictamente necesario para que la "deducción" del "axioma" sea realizable. Sólo por dicha experien­cia una frase que en su estructura no se diferencia de muchas otras, podrá haber devenido al lugar del "axioma".



Notas Bibliográficas
1. El desarrollo de los términos tomados de la lógica se toman de distintos artículos del Diccionario de Filosofía de J. Ferrater Mora (Ariel), o de Introducción a la lógica de I. Copi.

2 Ver Jacques Lacan Aún,  8 de mayo de 1973 (Paidós).

3 Ver Curso superior de sintaxis española de S. Gili Gaya. (Vox)

4.Seguimos aquí –y en otros lugares-  la lectura de "El fantasma en el análisis" de Juan B. Ritvo. Redes de la letra 8

5. J. Lacan: Sem. “Lógica del fantasma”, 21-6-67. Inédito.

6. J. Lacan: Sem. Lógica del fantasma 21-6-67.

7. S. Freud “Sobre psicoterapia” 1905. (Amorrortu).


(*) Trabajo publicado en Bahn 1, Revista de Cuestiones del Psicoanálisis,