Si afirmo:
"el fantasma es una frase" o "el fantasma no tiene ningún otro
papel que aquel de un axioma", no escucharán en ello ninguna novedad. Sin
embargo me voy a permitir interrogar lo obvio. (*)
Axioma (1)
En su acepción
más clásica el axioma equivale al principio, que por su dignidad misma, es
decir, por ocupar un cierto lugar en un sistema de proposiciones, debe ser
estimado como verdadero. Para Aristóteles los axiomas son principios evidentes
que constituyen el fundamento de toda ciencia. Son principios irreductibles a
los cuales se reducen las demás proposiciones. Las características distintivas
de esta noción clásica son la indemostrabilidad y la evidencia. La metalógica y
la matemática en cambio van a destacar su formalidad que lleva incluso a
algunas orientaciones a eludir adscribir a ningún axioma el predicado "es
verdadero". Consideremos por lo menos que esta formalización del axioma
lleva a considerarlos, junto a los teoremas, elementos de todo sistema deductivo.
Hay entonces a
grandes rasgos, dos orientaciones respecto a la concepción del axioma, una
destaca la intuitividad y la autoevidencia, la otra su formalidad. Esto para
nosotros puede ser importante si tenemos en cuenta que el estatuto del sujeto
depende de la función de escritura -esto es de su formalización- y no de su
intuición.
Los
psicoanalistas tenemos a veces una actitud de respeto que roza la reverencia o
la fascinación respecto de conceptos que provienen de la matemática, la lógica,
la topología, como si atribuyéramos aquella dignidad que otorgaba la acepción
clásica del axioma, a estos conceptos. Esta reverencia por suerte no la tenemos
con nociones provenientes de otros campos como la de "significante"
por ejemplo. A ningún analista que prosiga la enseñanza de Lacan se le
ocurriría tratar al significante tal como opera en la lingüística.
Si tomamos en
serio la modalidad de trabajo de Lacan, un concepto como el de axioma pierde su
"dignidad" porque lo ubicamos haciendo serie con otros conceptos, y
por lo tanto se transforma por la propia inclusión en el campo psicoanalítico.
Frase
En lógica
habitualmente se utiliza el anglicismo "sentencia" para lo que
algunos prefieren llamar "oración" o "frase".
"Hegel es
un filósofo alemán" es una sentencia, y también V16= 4 es una sentencia.
Las sentencias se simbolizan en lógica por letras, conocidas como "letras
sentencíales". La combinación de letras sentenciales con conectivas, da
lugar a los llamados "esquemas sentencíales". La formalización de la
lógica sentencial da lugar al cálculo sentencial.
La formula del
fantasma, en tanto letras combinadas por una conectiva muy particular llamada losange, tiene una estructura homeomórfica
con cualquier esquema sentencial. Ahora bien, en psicoanálisis hablamos de
cálculo, de letras, de axiomas, el punto a considerar es si "el truco
analítico" (2) se habrá vuelto
matemático, a pesar de la afirmación y el pronóstico de Lacan.
Un niño es pegado (o en un castellano tal vez más ajustado: "un
niño es castigado")
Lacan dice que
para ser estrictos la frase alemana: "Ein
Kind wird geschlagen" no se traduce "se pega a un niño"
sino: "un niño es pegado". ¿Para ser estrictos respecto a qué? A la
estructura gramatical de la frase.
En esta
precisión que realiza Lacan lo que se juega es la distancia que va de una frase
pasiva a una activa. "Se pega a un niño" es una oración activa con
sujeto indeterminado (se) con el
verbo en tercera persona en singular (pega)
y un complemento acusativo de persona con la preposición a (a un niño).
El latín tenía
una conjugación especial, distinta de la activa para expresar que el sujeto
gramatical del verbo no es agente o productor de la acción sino que es objeto
de la acción que otro realiza. La conjugación pasiva se pierde en romance, y
para expresarla se forma una pasiva por perífrasis. La perífrasis consiste en
el empleo de un verbo auxiliar conjugado, seguido del infinitivo, el gerundio
o el participio. Este uso de las perífrasis se denominan "conjugaciones
perifrásticas", o también "frases verbales". Se considera a la
pasiva como una frase verbal más, que utiliza ser + participio.(3)
"Un niño
es pegado" siguiendo la tradición de la gramática latina es una pasiva de
segunda porque no está presente el agente,
el productor de la acción.
Si seguimos a
Lacan en la traducción: "un niño es pegado", y no: "se pega a un
niño", no obtendremos diferencias respecto de quien realiza la acción, en
ambas frases no sabemos quien la produjo; lo que se modifica es el sujeto
gramatical de la oración.
"Un niño
es pegado" es una frase que tiene una forma gramatical muy simple:
artículo + sustantivo + verbo + participio. Una frase como ésta podrá
escucharse muchas veces en un análisis, el asunto entonces es: ¿hay algo que la
distinga de otras? (4)
Síntoma y fantasma
En los
primeros años de la década de los ochenta se estableció una diferenciación
dicotómica entre síntoma y fantasma que aparte de hacer escuela, hizo ejército
o iglesia, como quieran. Creo que pasó a formar parte de un cierto fondo común
en la comunidad analítica, -sobre todo en quienes nos estábamos comenzando a
formar en aquellos años, y en los que nos siguieron-. Formó parte del
"sentido común" -si me permiten llamarlo así- de las ideas que
manejamos en psicoanálisis; el poder hipnótico que poseen sólo lo disipa su
lectura.
Ahora bien, la
diferencia en cuestión, en rigor, la podemos encontrar en Lacan:
"...el
fantasma permanece a una distancia singular de todo lo que se debate, lo que se
discute en nuestros análisis, en tanto que se trata de traducir la verdad de
los síntomas. Parece que está ahí como una suerte de muleta, de cuerpo
extraño..." (5)
Lacan insiste
en que el fantasma se resiste a la reducción que implica querer insertarlo en
el discurso del inconciente, "si juega un papel aparte es porque tiene
significación de verdad". Al modo de una proposición que afectamos con
una connotación de verdad, que pasará a llamarse axioma de la teoría.
Al extremar
esta diferencia se hizo, decíamos, iglesia. Se hace iglesia en el punto en que
una cuestión espinosa para la teoría y la experiencia psicoanalítica, se aplana
de tal manera que se pierden sus relieves. Por ejemplo: ¿hay que considerar
aristotélicamente al axioma como fundamento o como la escritura de un límite?
Y respecto de la experiencia del análisis, dada aquella distinción cabe la
pregunta: ¿la clínica del fantasma es autónoma respecto del síntoma, o
conlleva el tratamiento del mismo?
La
presentación sintomática, el trabajo de reducción que implica la
interpretación, la insistencia repetitiva del resto que no se liga y que
reclama interpretación, ¿no van delimitando los derroteros que recorren la
experiencia de un análisis o son simplemente distractivos respecto de la tarea
primordial que sería la construcción del fantasma?
"El
fantasma no tiene ningún otro papel que aquel de un axioma, cosa que es
necesario tomar tan literalmente como sea posible, intentando definir las leyes
de transformación que le asegurarán en la deducción de los enunciados del
discurso del inconciente, el lugar de un axioma" (6).
Según Lacan
entonces, hay que tomar al fantasma como axioma "tan literalmente como
sea posible", cosa que nos alerta sobre la imposibilidad de la empresa.
Sin embargo si la intentamos, tendríamos que precisar qué operación realiza esta
articulación entre el discurso del inconciente y el axioma que es la frase del
fantasma.
Un modo de
entender el término deducción es como proceso discursivo que pasa de lo general
a lo particular, otra manera nos dice que es una operación discursiva en la
cual se procede necesariamente de unas proposiciones a otras. Lo interesante
es que los lógicos, cuando destacan la necesidad del proceso deductivo,
descartan cualquier necesidad ontológica, cualquier idea de fundamento, para
sostener que se trata de una necesidad lógica.
Cuando
hablamos de discurso del inconciente hablamos de síntomas, de sueños, de actos
fallidos, si de ese discurso se puede deducir algo que podríamos llamar axioma,
es porque la experiencia del inconciente que un análisis produce, afecta, en
ese paso de una proposición a otra, de un enunciado a otro, la posición misma
del sujeto respecto al objeto que lo produce (la angustia aquí es la que
muestra el camino). La lógica misma de esa experiencia Freud la definió
tempranamente como una experiencia de quita “per via di levare" (7) ; sigue siendo ésta una buena imagen de
cómo se ciñe algo que se presenta como un núcleo duro.
Si con esto
intentamos discutir esa idea que en su momento promovía "abandonar el
síntoma por el fantasma" que incluso llevó a hablar del inconciente
freudiano como de un "viejo inconciente” no es para diluir la diferencia
en juego sino para cuestionar su carácter reduccionista. En efecto, si la
frase del fantasma la tomamos, "tan literalmente como sea posible",
como un axioma, si ubicamos allí una significación cerrada, "una estática
del fantasma", eso hará límite a un despliegue incesante de lo simbólico.
Pero si se llegó a ese momento del análisis en que la experiencia llevó a ese
límite, de pase, de conclusión, momento en que adquiere relevancia una frase,
ya allí despojo del significante, el trabajo que se hizo con el discurso del
inconciente, con su retórica, no es contingente, pensamos que es estrictamente necesario para que la
"deducción" del "axioma" sea realizable. Sólo por dicha
experiencia una frase que en su estructura no se diferencia de muchas otras,
podrá haber devenido al lugar del "axioma".
Notas Bibliográficas
1. El desarrollo de los términos tomados de la lógica se toman de distintos artículos del Diccionario de Filosofía de J. Ferrater Mora (Ariel), o de Introducción a la lógica de I. Copi.
1. El desarrollo de los términos tomados de la lógica se toman de distintos artículos del Diccionario de Filosofía de J. Ferrater Mora (Ariel), o de Introducción a la lógica de I. Copi.
2 Ver Jacques Lacan Aún,
8 de mayo de 1973 (Paidós).
3 Ver Curso superior de sintaxis española de S. Gili Gaya. (Vox)
4.Seguimos aquí –y en otros
lugares- la lectura de "El fantasma
en el análisis" de Juan B. Ritvo. Redes
de la letra 8
5. J. Lacan: Sem. “Lógica del
fantasma”, 21-6-67. Inédito.
6. J. Lacan: Sem. Lógica del
fantasma 21-6-67.
7. S. Freud “Sobre psicoterapia” 1905.
(Amorrortu).
(*) Trabajo publicado en Bahn 1, Revista de Cuestiones del Psicoanálisis,