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domingo, 12 de abril de 2015

La estructura del sujeto en la infancia. Jorge Fukelman



Lo que voy a tratar hoy, es de comentarles algunas cosas de las que estoy pensando o tratando de pensar con relación a estos temas. Bien, vamos a comenzar por “el” lenguaje.
El primer punto que se nos aparece es respecto a la pertinencia o no, del artículo, definido a propósito de “el” lenguaje. ¿Por qué? Porque si nosotros pudiésemos plantear “el” lenguaje, estaríamos obviando que a propósito de todas las lenguas existe algún tipo de estructura común que permite decir “el” lenguaje. En realidad este es un problema importante respecto a ¿existe una gramática universal o no existe una gramática universal?.
De hecho voy a tratar de ejemplificarlo, si existiera una gramática universal, sería relativamente factible construir una máquina o una especie de computadora, que programada adecuadamente permitiera la traducción de una lengua a cualquier otra lengua. Es decir, si existe un ordenamiento universal, podríamos pasar de una lengua a otra lengua. No es esta, una apuesta sencilla.
De hecho tengo entendido o leído por ahí que grandes compañías japonesas están metiéndole seriamente a ver si esto es factible. Por ahora las posibilidades de traducción, de traslación de una lengua a otra lengua en términos de “el habla cotidiana”, no en términos de ciertos informes muy precisos, hasta ahora no se han logrado. No quiero decir que no se logre, pero hasta ahora lo que encontramos es que una lengua no es factible de ser traducida a otra lengua por una máquina.
De cualquier modo puede ser interesante hacer un repaso de algunas de las distintas ideas respecto a la posibilidad de construir una gramática universal.
Una importante es la gramática o el intento de una gramática universal llamado “Modelo Standart Extendido” de Chomsky. La idea general, porque en realidad esto no es más que una aproximación, es que con un léxico dado, una sintaxis que trabaja sobre ciertos componentes básicos de la gramática y cierta componente transformacional, se puede llegar a un componente interpretativo. Entonces de componentes de base a través de una serie de transformaciones, y el pasaje del componente sintáctico de base y al componente transformacional, encontramos ciertas formas fónicas y ciertas formas lógicas que aparecerían entonces en todo este proceso, no tanto como una gramática universal, en el sentido de ciertas invariables o ciertas reglas invariantes, que podrían trasladarse de una lengua a otra, sino como una suerte de metateoría que estaría dando cuenta de todas las gramáticas posibles. Pero, ya no tenemos allí una gramática universal, sino una metateoría sobre distintas gramáticas de distintas lenguas.
          Otro intento de plantear una gramática universal, pasa por cierta tipología en gramática. Por ej.: se plantea una gramática relacional, es decir, un intento de plantear un universal entre todas las gramáticas en términos de sujeto y objeto o en términos de complemento directo y complemento indirecto o en términos de objeto directo y objeto indirecto.
Otro intento de plantear una gramática universal pasa por cierto tipo de planteos de genotipos o fenotipos, por ejemplo: agente, instrumento, paciente, lugar, objetivo.
          Además tenemos las gramáticas que tienen en cuenta una teoría de la enunciación, actos de lenguaje, y pragmáticas. Básicamente lo que tenemos acá es una idea del tipo de: todo enunciado es la manifestación de un “hacerse cargo” de una relación predicativa por un enunciador. Es decir, el agente, el lugar de la enunciación, está planteado ya en este tipo de teoría.
          Otro tipo de gramática universal aparece como modelos para dar cuenta explícitamente de los procedimientos de inferencia y razonamiento que cualquier gramática plantea. Es decir, modelos que intentan dar cuenta de cómo es que cuando decimos algo convencemos. ¿ Qué inferencias se ponen en juego? ¿ Qué tipo de encadenamiento causal se plantea allí?.
          Otro tipo que a mí me resultó ( y espero y creo que a uds. también) interesante fue una gramática denominada de script, de escenario. La idea es la siguiente: se plantean secuencias estereotipadas de acontecimientos y acciones. Con relación a esto se plantea: primero, actores, objetos y lugares; segundo, llamado y desencadenamiento del script; y tercero orden de los acontecimientos y acciones descriptas. Después vuelvo sobre esto.
Por último, siempre en esta línea de las gramáticas universales, tenemos los intentos de construir diccionarios electrónicos, es decir la posibilidad de pasar de representaciones de sentido a un texto, y a la inversa, de un texto a representaciones de sentido. La idea sería, a través de un diccionario electrónico con el que se pudiera hacer, lo que hacemos habitualmente cuando hablamos, pasamos de ciertas representaciones de sentido a un cierto texto y a la inversa.
          En realidad, el problema o por lo menos un problema, que ahí sí nosotros podemos decir algo, el problema que se le plantea a la gramática universal es que la fuerza de la enunciación, excede al significado del enunciado. Creo que el ejemplo paradigmático es cuando nosotros juramos. Digamos que tenemos un elemento de lenguaje, que para el caso vamos a plantearlo como "sí, juro", esto lo podemos plantear como un significante, ¿cuál es el significado del “sí, juro”?. Acá se presenta un problema, porque nosotros decimos, supongamos: esto es jurar; pero jurar tiene un exceso que trasciende el lenguaje. Quiero decir que el referente con el que podría plantearse la relación entre el significante “sí, juro” y el significado de jurar, no es algo que está sólo en el lenguaje. Quiero decir, aunque el ejemplo sea bobo, que si digo “sí, juro”, después no puedo decir “eran sólo palabras”. Quiero decir, que se produce en este acto, estrictamente, en esta enunciación performativa, algo que excede al lenguaje. Dicho de otro modo, acá tenemos que el referente es un acto, un acto de lenguaje que excede al lenguaje y que implica una modificación de lo real, como todo acto.
El ejemplo me parece adecuado además, en tanto plantea la dimensión del cuerpo. Quiero decir, que con relación al juramento, el cuerpo de quien jura está comprometido. En este sentido también esta enunciación performativa, implica un “fallar” del lenguaje, implica un fracaso del lenguaje, en tanto el significado de este juramento no logra llegar totalmente al referente. Justamente porque el significado lo encontramos en el plano del acto del lenguaje y el referente lo encontramos como un exceso del acto del lenguaje, entonces decimos, el significado fracasa. En un cierto sentido, podríamos decir el significado fracasa como fracasa el intento de una traducción completa, de una lengua en otra lengua. En tanto, el excedente de la enunciación performativa corresponde a un real de la lengua misma, no a un real de otra lengua, y en este sentido, me reitero, fracasa la posibilidad de una suerte de entendimiento total entre lenguas.
          Bien, habida cuenta no ya de “el” lenguaje sino de distintas lenguas, se nos plantea ¿ qué pasa con un cuerpito metido en alguna de estas lenguas? ( con una pequeña salvedad, que cuando digo alguna de estas lenguas, no quiero decir que sea lo mismo cualquiera, por lo que les decía antes, ya que querría decir que se puede trasladar de una lengua a otra, entonces tendría una gramática universal, “el” lenguaje).
          Veamos por el lado del cuerpito. Este, de entrada, y en seguida me rectifico, está en lo real. Esto quiere decir que a este cuerpito de nene , o cuerpito de nena, cuerpo así o asá no le falta nada. No digo si nació bebito “a ver si tiene el pitito como Dios manda” o “a ver si tiene todos los deditos”, porque podemos encontrarnos un cuerpo que tiene cuatro deditos por mano y aún así a ese cuerpo no le falta nada, es un cuerpo de cuatro deditos por mano.
          Entonces tenemos ¿ cómo se ubica en una lengua este cuerpito al que no le falta nada?. La primera aproximación: este cuerpo así como las lenguas decíamos no tiene traslación completa de una lengua a otra, ahora con respecto a este cuerpo al que no le falta nada decimos “sin embargo este cuerpo no es lo mismo que este otro cuerpo. Me reitero porque me sigue pareciendo un ejemplo...”mire señora, su bebito no sabemos dónde está, pero le damos este otro que está en la nursery a disposición”. Es factible que aunque sea de cuerpos, esto no sea bien recibido por los padres de este cuerpo.
Quiero decir, que ese cuerpito ya está bien ubicado, es decir ya no es sólo un cuerpo, sino que es ya una marca, el mismo cuerpo es una marca, el mismo cuerpo está marcado en relación con ciertas historias de los padres. Esta marca es un símbolo que acá está incidiendo en lo real de este cuerpo. Entonces, ¿qué es lo que se produce?... tenemos un cuerpo que en tanto real no le falta nada, pero tenemos un cuerpo que no es todo cuerpo, o dicho de otro modo, tenemos un cuerpo agujereado. Este agujero tiene una manera de presentarse que creo será claro para todos. Este agujero se presenta como la buena salud de ese bebito, o lo digo de otro modo, cuando la relación entre el símbolo y lo real, es decir cuando este agujero en lo real deja de presentarse como buena salud y nos consultan, consultan o hay consulta respecto de cierto tipo de disturbio, cierto tipo de malestar o cierto tipo de enfermedad. Sin duda, aunque no lo sepamos, lo que nosotros vamos a tratar de hacer es rectificar la relación del símbolo con lo real.
Digamos una tontería...este nenito empezó hace una semana con este  resfrío. ¿Pasó algo esta semana en la casa de ustedes? Ah sí! Nos mudamos. Sea lo que sea mudanza, sea lo que sea resfrío a lo que apunta todo esto es a restaurar una relación entre el símbolo y lo real. Digamos entonces, a título nuevamente de ejemplo, supongamos que nosotros decimos: el símbolo que hace agujero en lo real es “mi hijo”. Este hijo implica un linaje, una genealogía, implica una relación con nombres propios y demás.
          Pero puede ocurrir, no es raro, que con una mudanza, la nueva casa sea un hijito, “la vamos a tener así, la vamos a arreglar asá, vamos a hacer esto o lo otro”. Quien fuera que haya pasado, y sin duda todos hemos pasado alguna vez por esas pequeñas catástrofes que son las mudanzas, saben que eso puede deslizar hacia donde fuere.
          Hablando de pequeñas catástrofes, me doy cuenta que se me escapó comentar que otra de las teorías que intentan plantear una gramática universal es el intento de Toms: la teoría de las catástrofes, dónde básicamente sería, toda significación posible es el intento de palear y contrarrestar y en ese mismo sentido recordar una catástrofe previa.
          Bien, entonces ese cuerpo agujereado, esta relación entre el símbolo y lo real, el agujero que allí se produce.
          Esto del agujero, se puede decir, el símbolo siempre agujerea lo real, en relación con este cuerpo lo que nos interesa es que en ese agujero se ubica el $, quiero decir que todo lo que nosotros podemos plantear con relación al $, con relación a la falta, con relación a la castración, con relación a la falta de objeto, lo planteamos para cualquier $, si lo puedo decir así, en este agujero de origen. Esto es, lo resalto, especialmente importante y visible en ciertos chicos donde la relación entre el símbolo y lo real ha sufrido serias vicisitudes con relación a la posibilidad parental de cierta ubicación simbólica ( que estoy tratando de sintetizar en “mi hijo”). En estos chicos muy perturbados, eventualmente el agujero aparece como  amenaza, aparece como una suerte de pánico, de terror, con relación a que algo pueda ser sacado, destruido, robado, expropiado del cuerpo.
Quienes hemos tenido alguna vez la oportunidad de observar algo cercano a esas crisis de pánico, terror, en estos cuerpos, creo que podemos testimoniar de este agujero vivido de otro modo. ¿Por qué digo de otro modo? Porque si nosotros decimos, el agujero es la buena salud, lo que tenemos es un cuerpo del que no tenemos mayor noticia, está ahí, a lo sumo nos pellizcamos un poquito para saber, para recordar que el cuerpo está por ahí. En cambio, en este otro tipo de situación que estaba tratando de comentar, el cuerpo tiene ese agujero. La angustia es en ese sentido, o al menos un aspecto de la angustia, se puede entender como un cuerpo que está amenazando ser todo.
Les decía, ese agujero plantea un cuerpo en lo real al que no le falta nada, pero que sin embargo es un cuerpo no todo. Cuando el cuerpo es todo no hay lugar para el $, este “no hay lugar”, y que en el mejor de los casos que se nos aparece como amenaza de no hay lugar es lo que nos aparece como angustia. Quiero decir, aunque este entrando en la obviedad, prueben uds. hacer un pequeño jueguito de palabras a un chico, a un grande en una crisis de angustia, probablemente noten que no hay mucho lugar para este jueguito mientras está la crisis de angustia, es decir mientras el cuerpo está amenazando con ser todo.
          Un jueguito más, entonces diríamos... en tanto lo estábamos planteando con relación a este agujero del cuerpo, y este agujero de lo real del cuerpo producto de la relación entre el símbolo y lo real del cuerpo, estábamos planteando ahí el lugar del $, tenemos derecho a suponer que todo lo que toque a una problemática de esta ubicación simbólica tomará los orificios del cuerpo, en tanto es a propósito de los orificios del cuerpo, donde algo del cuerpo podrá por lo menos imaginarse como faltante ( lo que la teoría analítica plantea como el objeto). Efectivamente, nosotros nos encontramos alrededor de los orificios, ligados a la alimentación, ligados al laleo, ligados al habla, ligados a la evacuación o aparecen otitis o aparecen por cosas con relación a la mirada, con relación a la visión.
          Es a propósito de esto que podemos ubicar dos momentos claves que no son sin relación: un primer momento, diría así, es lo que la teoría analítica plantea como la castración. Este momento es clave, porque, es desde la castración, que la relación entre el símbolo y lo real del cuerpo, pasa de la historia parental a la historia del $. Momento clave entonces, que nos llevaría a decir: claro, es un momento clave, es el momento de la castración!. La castración es...¿qué es la castración?...y resulta que no sabemos qué es la castración porque la castración opera, es decir por supuesto sabemos de algunas formas imaginarias que no son sin importancia, de algo que va entre la idea de castración, o la idea de eventración, digo algo de arrancado...¿qué quiere decir esto?. Que el significado de la castración no alcanza el exceso de esta operación de la castración, o para decirlo de otro modo, que esto que, espero que no de un modo excesivamente sacrílego, yo había dicho no sabemos, o lo puedo decir mejor, “no sé yo qué es la castración”; esto atañe a la castración, o para decirlo de otro modo, si yo hago memoria digo: Ah ¿cómo no sabemos qué es la castración?. La castración es la tachadura del Gran Otro. Entonces, viva!, sabemos lo que es la castración!, fantástico!, no nos tocó a nosotros, a mí no me toca, yo ya sé qué es la tachadura del gran Otro. No, no me toca...Bien, Lacan sí sabía qué era la castración, por lo tanto él no estaba castrado. Para Dora todas las ocasiones son buenas...
          El segundo momento, creo, clave, es el momento denominado puberal. Digamos por lo menos así, que este momento de pubertad es el momento en que el $ en relación a estos actos del lenguaje, esto es, enunciaciones performativas que estaba tratando de plantear hace un rato, el $ se encuentra con que el exceso de enunciación, el acto que produce en tanto acto un referente, recae sobre él. Dicho sea de otro modo, se me acaba de cruzar, me acordé, ayer un muchacho de alrededor de 16 años decía en una sesión, no lo puedo hacer literal, pero era más o menos así, que él pensaba que en cualquier actividad había gente que sabía cómo se hacía. Más o menos así sería, en una por supuesto incompleta traducción, que si yo quisiera aprender japonés me bastaría con poner una tintorería, porque los tintoreros en este país hablan japonés. Entonces, este muchacho comentaba así, toda una serie de fracasos y de esfuerzos por querer encontrar a ( cambio de cassette).
          Fíjense, los gestos adecuados que corresponden al saber al cual corresponden esos gestos. Esto es estrictamente lo que Freud plantea como lo cómico de los niños cuando hacen los gestos de los grandes. Entonces quiero decir, la pubertad es el momento en el que hacemos los gestos, pero resulta que no son sólo gestos.
Veamos.. “Vamos a jugar a la mamá y al papá”, esto sin duda los que estamos acá, lo hemos dicho muchísimas veces. La pubertad es el momento en que “Vamos a jugar a la mamá y al papá”, pone en juego algún otro tipo de problemas. Me interesaba plantear esto o recordar esto, porque buena parte de lo que ocurre cuando tratamos un chico es que los gestos vuelven a su lugar de gestos, quiero decir que los gestos vuelven a su lugar de “estamos jugando a”.
Para decirlo de otro modo, algo de lo que nosotros hacemos entonces es reconstruir un espacio que tendrá como característica que lo que ocurra en ese espacio, no producirá efectos en lo real. Esto es el campo del juego. Digo no producirá en este momento, lo cual no quiere decir que allí no se produzca algo que produzca efectos post-puberalmente. En este sentido, por último, por ahora quisiera relacionar esto con otro aspecto.
Yo comencé tratando de ejemplificar esto que produce efectos que exceden al acto del lenguaje con el juramento, diciendo que el juramento implica esta relación entre el acto del lenguaje, aquello que excede el acto del lenguaje, y en este sentido esta relación entre el símbolo y el cuerpo. Ahora, decimos, post-puberalmente se podrán producir efectos a propósito de los juegos que ocurrieron antes. En este sentido, estos juegos tienen un aspecto de promesa, pero estrictamente ahora debiera decir, estos juegos producirán efectos post-puberalmente de acuerdo a la lectura que el $ en cuestión haga de estos juegos post-puberalmente.
Por último, y ahora sí por último, todo esto que he tratado de comentar, habría bastante para hablar, pero primero podría situarse así: entre el símbolo que sujeta, esto es como un símbolo que sujeta a un cuerpo, quiero decir que en este sentido, todo esto plantea la constitución del $, y la ubicación con relación a este cuerpo al que no le falta nada del sujeto; entre esto y aquello se plantea mínimamente una cierta libertad. Porque ahora tendríamos que decir ¿pero cómo es que estos símbolos que han agujereado a nuestro cuerpo no nos portan absolutamente? Quiero decir, ¿cómo es que no estamos absolutamente encadenados por los encadenamientos significantes?. Entonces, aquello que trataba de señalar como el “no sé que es la castración”, señala una zona de posible libertad. ¿Por qué? Porque señala algo que falta del lado del símbolo, es decir, algo que permite que el encadenamiento no sea absoluto.
Bueno, paro acá y les dejo la posibilidad de comentar, preguntar, plantear...
P: ¿Cuándo usted habla de símbolo, está hablando del rasgo unario y puede ubicarse también allí el nombre propio?
J.F.: Sí, efectivamente. Cuando yo decía este cuerpito no es igual a este otro, efectivamente planteaba allí la diferencia. En este sentido ahí la ubicación de lo que Lacan trabaja en relación a este rasgo unario, en relación al cual Freud plantea algo de la identificación, efectivamente ahí ubicamos el rasgo unario.
En relación con esto se plantea el nombre propio,  lo que ocurre es que para hablar de nombre propio allí, tendríamos que desarrollar un poquito más la relación entre el nombre propio, y este falo que falta a propósito de la castración. Ahora lo puedo decir así, este saber que nos queda en falta. El nombre propio viene a remediar este saber en falta. El nombre propio implica para esto, que todo el linaje nos asegura de una cierta relación entre el símbolo y lo real que hace que estemos más tranquilos en la vida.
Omar Asan: Con relación al enunciado y la enunciación, ¿cómo pensarlo prepuberalmente? Si es factible esto?, y en este sentido cómo ubicar la cuestión del shifter?
J.F.: Digamos así, de lo que yo estuve tratando de hablar fue de una suerte de exceso de la enunciación con relación al enunciado. Prepuberalmente yo diría así, nosotros estamos creídos respecto a la existencia, ya no la posibilidad, sino la existencia de una gramática universal, o para decirlo de otro modo, prepuberalmente estamos convencidos que en tanto varoncitos podemos entendernos perfectamente con esa nenita, y que esa nenita, en tanto nenita, puede entender perfectamente lo que planteamos como varoncitos. Esto, aunque la moda y las costumbres lleven a que las nenas son más “boludas” y los varoncitos somos “mandaparte”. Pero no importa, podemos entendernos...¿por qué?. Básicamente diría así, el shifter, en lo que a nosotros nos interesa, plantea la relación del shifter con lo que atañe al goce. El yo para tomar el shifter en lo que a nosotros nos interesa plantea una relación con la satisfacción, o dicho de otro modo, el yo hablante no es unívoco. Todas las formaciones nos plantean, “bueno, ¿quién dice esto?”. El “quién dice esto”, nos lleva hacia una demanda: “por favor, ¿me dicen quién habló hasta ahora?, está la shifter-formación-demanda. Esta demanda, digamos así, si hubiera Otro, tendría respuesta.
Si yo preguntara: ¿quién estuvo hablando hasta ahora?, cualquiera de ustedes me podría decir, vos. Incluso podrían juntarle un nombre y un apellido...pero ¿no será que quieren engañarme? o dicho de otro modo, ¿para qué contestan lo que contestan?. Estoy tratando de ejemplificar cierta inconsistencia del A. Esta inconsistencia a lo que lleva es a ubicarnos de otro modo en relación al goce y especialmente para esto en relación al goce sexual.
Si yo digo a quien fuere vamos a jugar a la mamá y el papá, ustedes tendrían derecho a decirme: ¿quién dice esto?. Si yo quisiera contestar tendría que dar algunas vueltitas por mis fantasmas. Bien, esta ubicación del shifter ubicando algo en relación con la enunciación, plantea sin embargo algo, prepuberalmente, que existe la posibilidad de entenderse, que hay una lengua universal, EL lenguaje. Post-puberalmente se nos plantean todas las dificultades que encontramos en nosotros y en quienes nos consultan en relación con los encuentros sexuales. Estas dificultades las encuentran, ahora un poco más sintéticamente, con relación al  objeto y al lugar del objeto en el encuentro sexual.
Rogelio Senar: Quizás por el mismo lado, pero en otro tema: no es lo mismo el juramento de asumir un cargo que el juramento de un chico. Los chicos juran bastante, juegan a jurar, juran, pero el no mentirás no es sólo de los adultos. ¿Cuál sería el estatuto diferente del “no mentirás” en esos juramentos?
J.F.: Básicamente yo lo plantearía así, el juramento post-puberalmente compromete el cuerpo y de paso se produce algo en el tiempo... el tiempo pasa a ser definido, en lugar de ser un continuo eterno, pasa a ser definido, discreto, finito con relación al juramento. El juramento marca un momento en el tiempo. El “no mentirás” prepuberalmente plantea básicamente, una relación que está ubicada en la lengua, quiero decir, no es que al niño prepuberalmente, le sea lo mismo mentir que no mentir, pero esa mentira, más acá de lo que podamos plantear de las mentiras como una cierta... entre lo real y lo real y lo simbólico, esta mentira queda planteada en el campo del lenguaje.
Tomemos un ejemplo más o menos clásico...post-puberalmente una Srta. en cierto momento de acercamiento le puede decir a su partenaire, ¿me vas a querer para toda la vida?, y el partenaire eventualmente, diciéndose que para la buena prosecución de ese momento de acercamiento (de todas maneras no se dice en cualquier momento), el partenaire afablemente dice que sí, para siempre va a ser... es por este momentito...(risas)... pero lo dijo, y el compromiso, aunque sea como fuere, trasciende el campo de este decir, no del lado de “constato que para que este encuentro prosiga debo decir te querré para siempre”. No es un constatativo, es un performativo, es esta enunciación performativa y produce efectos que van más allá. Nosotros podemos suponer chicos jugando que pueden jurar, que les gusta la idea de que se miente, no se miente, etc., pero el campo sigue siendo este campo protegido del juego.
Quiero decir, no hay este exceso, que va sobre lo real en el momento, después de acuerdo a cómo esto se articula podrá plantearse algo post-puberalmente. Te respondo?.
 6 de octubre de 1992